Escritos

El gran símbolo de Hess no ha sido comprendido

Artículo

Rudolf Hess.

La Nueva Edad, núm. 2 (15-7-41).

Hess y su vuelo trágico representan la conciencia de Hitler, que de pronto ve clara su procedencia dual; por un lado, las viejas raíces de la cultura occidental, técnica, «católica» y racionalista, y, por el otro, lo que él representa más fuertemente, el nuevo mundo terrestre, pagano, universo más justo de la sangre, que al final de mil años se abrirá paso, destruyendo aun a aquello a lo que él también pertenece.

Pero cuando el destino está marchando nadie puede detenerlo, menos aún cuando se es su representante. La mecánica de la historia es la misma de la vida individual, y se desarrollará en un ciclo ciego y luminoso hasta que alguien comprenda plenamente y se salga de la historia, redimiendo al hombre, y ubicándolo en la verdadera vida natural. Es el destino de América del Sur. De todos modos, la significación de Hitler es la de la historia que se soluciona por sí misma y se supera buscándole una salida a la ansiedad del hombre, a través de un individuo elegido para este martirio. Hitler traerá un mundo nuevo, que es una nueva posibilidad. Y este mundo se edificará sobre las ruinas del antiguo, en el que Hitler, como hombre occidental, también tiene raíces.

Adolfo Hitler se detiene y observa, ve claro de pronto: no quisiera destruir aquello a que están ligados muchos corazones, no desea acercarse a otros enemigos. Y envía a Hess. Hess vuela, pero los hombres chatos y mediocres que son Churchill, Eden y los lores prebostes, endurecidos por el frío del oro y las relaciones sin sangre del mundo viejo, no comprenden. Hitler no podrá pactar y tendrá que seguir destruyendo las viejas relaciones, unas tras otras, unas tras otras, hasta hacer posible, allá lejos, ese otro mundo distinto, al que él tampoco pertenece completamente.

El vuelo de Hess es el símbolo de la tragedia del hombre que, en medio de la historia y siendo solo una fuerza de ella, quisiera detenerse, para cambiar su curso. Es la tragedia del hombre que está cumpliendo una misión superior a sus menguadas fuerzas humanas y que siendo solo un agente de la historia, ha deseado revelarse.

Hoy estamos a las puertas de un gran cambio, que los individuos capaces debemos apoyar en la persona significativa de Hitler; porque trae para el hombre renovada y nuevas esperanzas, y para nosotros, los sudamericanos, es un peldaño que la historia tiene que subir hasta llegar a nuestro escalón que debe de ser conciencia de la posibilidad de la liquidación histórica.

Algunos lectores tal vez encuentran estas palabras demasiado oscuras, sin embargo, creo haber explicado lo que yo veo en el vuelo de Hess: la tragedia del hombre que en el umbral de dos épocas sufre y se sacrifica por todos los pecados (léase errores) de la humanidad.

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