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SÍNTESIS

En plena conmemoración del quinto centenario del Descubrimiento, el autor recuerda que precisamente en América los españoles se encontraron con la existencia y la leyenda de los dioses blancos, o sea, de una raza de hombres blancos y gigantes que existió en un remoto pasado (y que aún perduraba en Quetzalcóatl, Bochica y Viracocha), cuyos vestigios fueron descubiertos e investigados en el siglo XX por el desconocido Jacques de Mahieu, el más grande revisionista de la prehistoria americana. Opúsculo preparado para el I Encuentro Internacional Salud, Historia y Cultura 1492-1992, que fue realizado en Quito (Ecuador) por la Universidad Andina Simón Bolívar.

FRAGMENTOS

No hay nada más insípido, ni más falso, que la historia oficial, edificada sobre datos espurios, rehechos. Esta historia se denomina a sí misma «científica».
Pág. 6.

En la Crónica de Oera-Linda se dice que, tras el hundimiento de Astland (Hiperbórea), los reyes-marinos, acompañados de las «madres» (nornas) frisonas, se reparten por el mundo, llegando a fundar Atenas, entre otras ciudades clásicas. Uno de estos reyes se llamará Inka. Navega en dirección de Occidente y no vuelve más.
Págs. 18-19.

¿Se equivocaron las «visones de Papán», la hermana de Moctezuma, en México, de la princesa sacerdotisa del sol, esa Gydja, pensando que era Quetzalcóatl que retornaba, en lugar de Hernán Cortés?
Págs. 26-27.

ÍNDICE

Introducción | En el Viejo-Nuevo Mundo | Los hiperbóreos | Hvitramannaland, la tierra de los hombres blancos | Los inkas | La conquista española | Anexo